¿Alguien está en contra de
combatir el hambre? Públicamente se desconoce una acción consistente y
sistemática para desacreditar la Cruzada sin hambre. Es una propuesta del
actual gobierno que debería estar en la boca de todos –como en su momento y lo
sigue siendo la pensión para adultos mayores en la ciudad de México- y abonar
en el reconocimiento de sus impulsores. Pero no es así.
En la red de YouTube los responsables de la Cruzada han subido un video
(18-08-2015) https://www.youtube.com/watch?v=OvT1pE4aeS8#action=share, en él se ve al presidente Peña Nieto ensayar una sorpresa doble:
una para los beneficiarios del programa en un poblado de Apatzingán, llamado El
Chiquihuitillo y para los operadores del programa in situ. Se dejó ver un programa en acción, funcionando. Cierto, se
trata de una representación pues la sorpresa no fue improvisada si se considera
al Estado Mayor Presidencial de por medio, él no está para sorpresas.
A lo que voy: un video, ni dos,
ni tres son suficientes para robustecer la comunicación gubernamental, acaso
son un complemento de divulgación. Hace falta algo más que eso para popularizar
la Cruzada en los medios. No es suficientes ver caras sonrientes y satisfechas,
de personas que además son apapachadas por un Presidente bien alivianado.
Y no basta soltar la cifra de más
de cuatro millones de compatriotas.
Lo que falta por comunicar es el
efecto multiplicador de la Cruzada, en educación y salud, por ejemplo. Una
buena alimentación trae mejor salud, para los que estudian una mejor atención
en el aula. Valdría la pena tener la fórmula para mediar ambos impactos. Pero
lo que sí se puede informar es sobre el número de empleos generados a partir de
la gente que trabaja exclusivamente para la Cruzada; informar si los alimentos
proporcionados fueron adquiridos de productores locales, si se compraron a
organizaciones de productores, si hicieron contratos con agroempresas
transnacionales o se importaron los alimentos. Todo eso importa para destacar
cómo la Cruzada está o no virtuosamente ligada a la producción nacional de
alimentos. O sea si está realmente ligada al incremento de la producción
agropecuaria y su industrialización.
También importa saber cómo la SAGARPA
se ha involucrado con la Cruzada pues se trata de una dependencia comprometida
con la producción de alimentos; hacer del dominio público la vigilancia que
hace la Función Pública sobre la Cruzada; así como conocer la puntual
responsabilidad fiscal a través del control presupuestario que ejerce Hacienda,
además de indicar el origen de los recursos dispuestos.
Dicho sea esto con el fin de
atajar el asistencialismo, el populismo, a los cuales las altas autoridades se
han encargado de denostar. La congruencia entre las palabras y las acciones es
exigible. Porque si ahora se reconoce la falta de confianza en las
instituciones, la desconfianza se debe, entre otras causas, a la secular opacidad
y a la información sesgada que caracterizan a la comunicación gubernamental –de
los tres niveles de gobierno.
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