jueves, 2 de julio de 2015

Modernidad preterida

El trabajo está hecho. Hecho con la convicción de asegurar las condiciones al flujo de las inversiones. Falta la descripción pormenorizada de país, la imagen del México reformado a treinta años. Hay una tremenda resistencia de los reformadores a pincelar esa imagen (Una sugerencia, la película de ciencia ficción Elysium, dirigida por Neil Blomkamp)


No importa si los inversionistas son veleidosos a la hora de impulsar el crecimiento de la economía del país. El principio rector es el flujo de las inversiones. Para ello hay que desechar convicciones dispuestas como creencias en desuso que nos legó la modernidad: Estado, Nación, Pueblo, Soberanía, tienen que desvanecerse según sean los requerimientos de los inversionistas.

La pérdida de ciertas ideas donadoras de la identidad del país afectan directamente al Ejército, pues si no hay Estado, ni Nación, ni Pueblo, ni Soberanía ¿Cuál es su misión? Invadir a los vecinos es impensable ¿Con qué? Sumarse a una de las partes en la eventualidad de una tercera guerra mundial ¿Para qué? Por eso el Ejército, en voz del secretario de la defensa, expresa su desazón y se siente abandonado por el gobierno, le han quitado los ríeles de su condición legítima en su servicio a la sociedad, reducido el ejército al papel de policía, a guardián de actividades económicas estratégicas de las que se va desprendiendo el Estado, persecutor de delincuentes y, poco falta, para utilizarlo como aporreador de la protesta social.

Para nuestros gobernantes la tarea está hecha. Esto no significa reducir la pobreza, disminuir la extremada desigualdad social, extirpar la corrupción, abatir la violencia criminal. Los males se han hecho tolerables, la sociedad civil se ha fragmentado, condicionada a soportarlo todo, hasta la suplantación de supuestos representantes. Lo central es procurar y garantizar el flujo de las inversiones, que los ricos se hagan más ricos, ése es el objetivo estratégico. Los demás que se conformen con aspirar y se solacen en el entretenimiento. Lo que diga el Presidente se ha vuelto banal, para la mayoría, las palabras y los gestos del director técnico de la selección de futbol son signo de lo relevante o prioritario.

La inversión puede avenirse con la corrupción, están de muestra las empresas Oceanografía, HIGA, las empresas que construyeron la línea 12 del metro. También lo puede hacer con la delincuencia organizada. Hay empresas dispuestas a pagar derecho de piso pues el tamaño del negocio lo vale, es el caso de las explotaciones mineras.

Todo ello al costo de formar dos bloques de ciudadanía, una en condición de padecer los males y una en condición de evitarlos. De ahí la desazón en el Ejército por no saber para quién trabajan http://www.eluniversal.com.mx/nacion-mexico/2015/exige-general-cienfuegos-justicia-en-caso-tlatlaya-1110642.html. No encuentran en los civiles un proyecto civilizador, por el contrario, se da por descontado la animalización de la condición humana (la biopolítica según expresión de cierta filosofía finisecular, el darwinismo social de sociólogos decimonónicos) y se pone a los soldados como los domadores.


Algo está podrido en Dinamarca.

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