martes, 19 de mayo de 2015

Santa Juana de los mataderos *


**
 
El conflicto laboral en San Quintín, Baja California, no ha concluido. En todo abril y lo que va de mayo, los jornaleros, en su mayoría migrantes indígenas de Oaxaca, no han visto resueltas sus demandas. Por el contrario, les han dado de palos y a la cárcel han ido a dar algunos, posteriormente liberados tras pagarse fianzas millonarias por parte de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Una situación retrógrada de sobreexplotación que lleva décadas, a la cual los gobiernos actuales, federal y estatal, no encuentran la fórmula de resolución.

Se está ante la oportunidad y prueba para saber de qué está hecha la reforma laboral, es decir, como está operando la nueva legislación presumida como logro. Tal vez sea el caso de una reforma inoperosa y la autoridad competente no puede. Entonces el remedio está en la secretaría de gobernación. Así quedará establecido el patrón del conflicto magisterial ¡Que lo resuelva gobernación!

Pero si no mientan la soga en la casa del ahorcado, si la reforma laboral no exhibe sus beneficios, por lo menos que hagan acto de presencia las políticas “transversales”, las “sinergias” institucionales y toda esa palabrería repetida por la administración en curso, demagogia heredada de la docena blanquiazul. Todo para que el gran proceso transformador concluya con la realización paradigmática del Estado policía, como legado del presidente Enrique Peña Nieto.

(En este sexenio le tocó a la política laboral, incluido el tramo de la educación, cuando el Estado, a través de sus representantes, limita su poder de decisión y sobre todo de arbitraje, despojándose de su misión tutelar. La política laboral se anula. Se impone la no política o el garrote. El chiste de la política es deshacer la política como ya se hizo en lo agrario, en lo industrial, en la seguridad social)

De todo un conjunto de políticas específicas, sectoriales, destinadas en el pasado a fortalecer el corporativismo del PRI, desde tiempo atrás se viene desarrollando la política social, la cual ya no responde a los ya devaluados tres sectores, restando poder a los líderes gremiales, aunque permanezca el uso electorero de los recursos de dicha política. La burocracia toma el control, en cualquier nivel de gobierno y sin distinción de partido, disminuyendo la intermediación de las organizaciones gremiales.

Se ha venido restructurando el Estado para ponerlo al servicio de las grandes empresas, la palabra pueblo ha quedado en franco desuso. Por eso es normal que los empresarios agrícolas del valle de San Quintín se nieguen a cumplir el pago de 200 pesos por día de trabajo a los jornaleros pues están seguros, de acuerdo con la reforma laboral, que el gobierno no les puede imponer ese acuerdo que pactó la secretaría de gobernación con los trabajadores. Por eso es lógico el silencio de las cúpulas empresariales respecto al conflicto laboral mencionado, silencio secundado por sus organizaciones satélites como Mexicanos Primeros y el Consejo Mexicano de la Comunicación. Seguramente los organismos de representación patronal están de acuerdo en desarrollar la competitividad y la productividad estableciendo condiciones de sobre explotación de la mano de obra junto con la disminución de los derechos laborales.
________________________________________________


El encabezado de este artículo es tomado del título de una obra teatral de Bertolt Brecht, que data de 1929-1930, una pieza parodia de los evangelios y en el marco del absurdo mercantil. La obra se hace eco del Crack del 29, la caída de la economía mundial de esa época. Tiempos de desempleo, los puestos disponibles eran de bajos salarios y exceso de horas de trabajo, esto último imperante en las condiciones de laborales de San Quintín hoy en día. Por eso uno cuestiona, dónde queda el progreso que prometen los líderes políticos y empresariales, se trata acaso de un progreso que ve al pasado.

** El cartón es de Rocha (La Jornada, 18-05-2015).

No hay comentarios.:

Powered By Blogger