viernes, 12 de septiembre de 2014

La cornucopia aeroportuaria

A la hora de redactar los temas de la actualidad política mexicana, hay que armarse de paciencia y voluntad para leer piezas menores y poco fortificantes para el espíritu. El caso es que el acopio de las declaraciones plasmadas en las páginas oficiales de las oficinas gubernamentales no son un deleite. Se puede abreviar si sólo se acude a la página de la Presidencia.

Es conocido que el anuncio más espectacular del segundo informe de gobierno de Peña Nieto no se refirió a la corrupción, ni a la rendición de cuentas, se trató sobre el nuevo aeropuerto internacional del Valle de México. Es muy claro que: “Actualmente el Aeropuerto muestra una saturación que restringe la comunicación entre las entidades del país, limita la conectividad de México con el mundo; frena el comercio y las inversiones; y genera demora para los usuarios.” Se trata de una obra pública demandante de recursos públicos para garantizar un servicio público. Así de sencillo y llano. Luego entonces, por qué desde el mismo gobierno se construye un castillo de expectativas que nadie la ha pedido (al menos no se tiene una consulta popular sobre la cual levantar expectativas) Como si no se conociera la experiencia desastrosa de Vicente Fox al respecto, cuando quiso construir un nuevo aeropuerto que terminó en una segunda terminal y un tren elevado construidos por arriba de lo presupuestado.

El actual gobierno se embarca a inflar el globo de un proyecto en el tradicional esquema de cacarear antes de poner el huevo y pone a declarar sin el recato que obliga la experiencia fracasada mencionada. Después del casto sigilo se pasa a la orgía grandilocuente. Es cierto que no se ha querido improvisar, los estudios técnicos se ordenaron “desde el primer día de esta administración”, que se actuó con responsabilidad sin el acicate del corto plazo. Entonces para qué el secretario de comunicaciones y transportes pone el proyecto en la agenda de lo urgente ¿Cuál es la prisa? Máxime cuando son una buena cantidad de procedimientos que se tienen que cumplir.

Si el Presidente afirma que todas las acciones a emprender “se harán con absoluta transparencia y pleno respeto a la ley, garantizando la protección de los derechos de los habitantes de las colonias y comunidades colindantes a este proyecto”. Por qué el secretario de SEDATU sale a mentar la soga en la casa del ahorcado, anticipando que las expropiaciones no vienen al caso debido a que los terrenos del proyecto son propiedad del gobierno. Ignora que la posibilidad de un conflicto social no está ligada exclusivamente al tema de la expropiación. En Gobernación deberían advertir al titular de la SEDATU.

Se habla de una propuesta hídrica ¿Continuación del Plan Texcoco? modelo de restauración ecológica. La propuesta que resolverá el problema de las inundaciones en el nororiente del Valle de México, así como el tratamiento de aguas residuales. Acaso es necesario construir un aeropuerto para resolver graves problemas ambientales. Si esa es la lógica, la política ambiental se significaría por construir aeropuertos.

En el circo de las expectativas se estima “que una vez terminada la primera fase de la terminal aérea, podría generar hasta 3 mil 200 millones de dólares adicionales en divisas, cada año.” Cuál es la fórmula desde la cual se hizo el cálculo ¿Se podría difundir? Pero no hay cornucopia completa si no se extiende al desarrollo social y económico: “No sólo se trata de un proyecto aeroportuario, se trata de la suma de acciones, de desarrollo social y económico, que transformará una zona de alta marginación en otra de magníficas oportunidades para sus habitantes.” ; También “se prevé que la estructura económica de la región se fortalezca y exista crecimiento, en todos los sentidos en la zona, toda vez que se construirán universidades especializadas en la industria del aire, tecnológicos, espacios sociales, deportivos y culturales, así como clínicas y hospitales.”

“Será un aeropuerto verde, amigable con el medio ambiente, que brinda también una oportunidad única para resolver problemas que han afectado a miles de familias de la zona por varias generaciones; permitirá rescatar una zona degradada y convertirla en un polo de desarrollo sustentable” ¡Ah Caray! El acero, los metales, el cemento, el material pétreo y plástico se pintarán de verde. Cuántas especies de flora y fauna albergarán al nuevo aeropuerto.

Y para completar, se habla de “aeropuertos épicos” con certificación Leed Platinum “para contribuir a consolidar la identidad nacional.”

Es clara la razón técnica del proyecto y no requiere de tantos adornos barrocos. O se trata de una construcción a la usanza de los antiguos tlatoanis.


Mi humilde opinión es que para una cuenca tan deteriorada como la de México, como la describe Exequiel  Ezcurra en su trabajo de 1990 De las chinampas a la megalópolis (F.C.E. 2011), con variables ambientales adversas cifradas en el uso del suelo, la contaminación y el crecimiento poblacional, así como altamente dependiente de recursos de otros ecosistemas, el agua y los alimentos entre ellos. La verdad que la opción del nuevo aeropuerto está en Tizayuca, Hidalgo.


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