En la convulsa información
periodística confinada al triángulo que forman el delito, las empresas y la
política, se explica por qué la acción gubernamental aparezca diluida, en la
penumbra mediática. Es el caso de la plataforma de transparencia de proyectos
de inversión en entidades federativas y municipios. La presentó Luis Videgaray
el miércoles 12 de marzo en Palacio Nacional, acompañado de los coordinadores
parlamentarios de las tres principales fuerzas políticas que ocupan curules en
San Lázaro (El Economista,
13-04-2014)
El llamado “observatorio del
presupuesto” se estrena con los contenidos del Ramo 23 del presupuesto de
egresos de la federación. Qué gobernador, qué presidente municipal estaría en
contra de este despliegue tecnológico que le permitirá saber sobre la
identificación de proyectos, montos, avances, etc. Información que, no está por
demás decirlo, siempre ha estado ahí, como materia de negociación, de favores y
castigos.
La apuesta del Secretario es
mayor: la plataforma está abierta a la ciudadanía ¿Será posible tanta belleza?
Esperemos la prueba del ácido, qué cuál es esa: la resistencia burocrática a la
transparencia. Es de todos sabido que el Presupuesto, independientemente de las
metas y objetivos que se proponen en cada uno de sus ramos, es susceptible y
vaya que lo es, de ser capturado para fines de indebida acumulación privada.
Cuando se habla de falta de
transparencia en el uso de recursos no es cuestión de rumores o cuentos, verdad
diputado Luis Alberto Villarreal; no sólo leyendas, mitos, verdad diputado
Manlio Fabio Beltrones. La mala es que no existen sanciones –suficientes- por
el mal uso de los recursos públicos, verdad diputado Silvano Aureoles Conejo.
Si el principal enemigo de la
transparencia se encuentra en el servicio público, la plataforma estará
duramente a prueba. El tema no es nuevo, hay estudios, proyectos, elaborados
dentro o a petición del mismo gobierno, que dan cuenta de ello. Sistemas van,
plataformas vienen, nadie sabe, nadie supo.
Faltó exponer en el comunicado de
Hacienda cuáles serán los efectos positivos de la plataforma en servicio: se
tendrá evidencia en el cumplimiento efectivo de los resultados, incidirá de
alguna forma en el PIB o se tratará de electrónico elefante blanco. Qué medidas
se tienen para evaluar a la plataforma.
Mientras tanto, el gobierno no ha
concluido el proceso de transformación de lo que fue la Secretaría de la
Función Pública, definición importante para atisbar el futuro promisorio del
observatorio del presupuesto.
Sé que el tema es árido, más en
días de asueto. Por tal motivo regreso a la lectura de Benedetta Craveri, de la
cual haré su recomendación respectiva en mi muro de Facebook.
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