lunes, 17 de marzo de 2014

Un principio de orden


En la convulsa información periodística confinada al triángulo que forman el delito, las empresas y la política, se explica por qué la acción gubernamental aparezca diluida, en la penumbra mediática. Es el caso de la plataforma de transparencia de proyectos de inversión en entidades federativas y municipios. La presentó Luis Videgaray el miércoles 12 de marzo en Palacio Nacional, acompañado de los coordinadores parlamentarios de las tres principales fuerzas políticas que ocupan curules en San Lázaro (El Economista, 13-04-2014)

El llamado “observatorio del presupuesto” se estrena con los contenidos del Ramo 23 del presupuesto de egresos de la federación. Qué gobernador, qué presidente municipal estaría en contra de este despliegue tecnológico que le permitirá saber sobre la identificación de proyectos, montos, avances, etc. Información que, no está por demás decirlo, siempre ha estado ahí, como materia de negociación, de favores y castigos.

La apuesta del Secretario es mayor: la plataforma está abierta a la ciudadanía ¿Será posible tanta belleza? Esperemos la prueba del ácido, qué cuál es esa: la resistencia burocrática a la transparencia. Es de todos sabido que el Presupuesto, independientemente de las metas y objetivos que se proponen en cada uno de sus ramos, es susceptible y vaya que lo es, de ser capturado para fines de indebida acumulación privada.

Cuando se habla de falta de transparencia en el uso de recursos no es cuestión de rumores o cuentos, verdad diputado Luis Alberto Villarreal; no sólo leyendas, mitos, verdad diputado Manlio Fabio Beltrones. La mala es que no existen sanciones –suficientes- por el mal uso de los recursos públicos, verdad diputado Silvano Aureoles Conejo.

Si el principal enemigo de la transparencia se encuentra en el servicio público, la plataforma estará duramente a prueba. El tema no es nuevo, hay estudios, proyectos, elaborados dentro o a petición del mismo gobierno, que dan cuenta de ello. Sistemas van, plataformas vienen, nadie sabe, nadie supo.

Faltó exponer en el comunicado de Hacienda cuáles serán los efectos positivos de la plataforma en servicio: se tendrá evidencia en el cumplimiento efectivo de los resultados, incidirá de alguna forma en el PIB o se tratará de electrónico elefante blanco. Qué medidas se tienen para evaluar a la plataforma.

Mientras tanto, el gobierno no ha concluido el proceso de transformación de lo que fue la Secretaría de la Función Pública, definición importante para atisbar el futuro promisorio del observatorio del presupuesto.

Sé que el tema es árido, más en días de asueto. Por tal motivo regreso a la lectura de Benedetta Craveri, de la cual haré su recomendación respectiva en mi muro de Facebook.


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