martes, 5 de febrero de 2013

Investigar


La explosión del jueves 31 de enero, en la torre B 2 de PEMEX, adyacente a la torre Negra, desgració familias. La de los muertos, heridos y los que aún no han contabilizado, aquellos que recibieron un trauma como consecuencia del estallido y merecen atención.

La atención no inhibe, más bien va paralela a la investigación con una pregunta del dominio público ¿Qué pasó? Es lo que se le ha pedido a las autoridades. Si la autoridad se tarda en dar respuesta ese espacio lo ocupa el chisme, la comunicación social más antigua de la humanidad. Esta afirmación no es para flagelarse como si se tratara de un síndrome de los mexicanos. Si les digo que el chisme es internacional me creerían.

El proceso posterior a la explosión se llama investigación. Tomar y organizar los datos que expliquen lo sucedido. Bueno, ayer la autoridad a través del procurador Jesús Murillo Karam, ya dio un avance creíble. Se trató de la ignición de un gas natural –Metano- que se puso caliente en el sótano del edificio siniestrado. Es incoloro, no despide olor, difícil es detectarlo en circunstancias normales, esto es, a la intemperie. Distinto al gas Halon, gas industrial, que se fabrica para llenar los cilindros que se utilizan para apagar el fuego, los conocidos extinguidores.

La investigación no está concluida y tiene preguntas en su indagación: ¿Cuánto gas se tiene que acumular para que se dé una explosión de tal magnitud? ¿La fuente del gas era una tubería exprofeso, instalada dentro del edificio dañado? ¿Se tenían en cumplimiento las normas de seguridad industrial que al menos dispondrían de un mecanismo de extracción del Metano en un sótano?

La investigación no tendría que ser tan complicada pues se tiene un Instituto Mexicano del Petróleo que podría dar resultados consistentes, sólidos. Pero en este caso nadie lo ha mencionado por la sencilla razón de que es una de las instituciones públicas que ha sido blanco del desprestigio en boga que consigna a todo lo que proviene del sector público como deficiente, corrupto, malo. Lo mismo le ha ocurrido al Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares. Ambos sectorizados dentro de Energía.

El caso es que no se tiene la conclusión pericial, ministerial, de la PGR. Estamos de acuerdo.

La cuestión es si el actual gobierno está interesado a fortalecer al sector paraestatal que es clave para la conducción del desarrollo nacional: petróleo, electricidad, agua, recursos no renovables. O si considera, como lo parece, que se trata de actividades de las que tiene que hacer cargo la iniciativa privada.

De PEMEX todos sabemos que es de todos los mexicanos, pero particular y beneficiosamente, de los contratistas, de los funcionarios corruptos y de la aristocracia sindical ¿Qué opina el Partido Revolucionario Institucional al respecto?

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