miércoles, 29 de agosto de 2012

Los retos


El regreso del Partido Revolucionario Institucional para tomar las riendas del Ejecutivo y del aparato de la Administración Pública Federal, fue ordenado por los electores el primero de julio pasado. Ello fue así porque la ciudadanía decidió castigar de manera contundente e inobjetable al Partido Acción Nacional. Estaremos por confirmar si el PRI responde al nuevo desafío que le obsequia el destino. Felipe Calderón decepcionó y el PRI se benefició de esa decepción. Lo mismo ocurrió en gobiernos locales como el de Leonel Godoy en Michoacán, o el de Amalia García en Zacatecas.

No es el fraude, ni la compra de votos lo que explica el regreso del viejo partido. El Tribunal Electoral no encontró pruebas de que así fuera y pronto el mismo Trife dará por concluido el proceso electoral 2012.

A partir de esta conclusión, los retos de Enrique Peña Nieto se antojan muy cuesta arriba no por la legitimidad electoral, sino por el país que recibirá. La primera línea de acción que se destaca está trazada en el tema de la rendición de cuentas: la formación de una comisión anticorrupción, ampliar los alcances de la Ley Federal de Acceso a la Información a gobiernos estatales y municipales y una nueva regulación materia de publicidad gubernamental. Propuestas que en su simple enunciación no conforman de inicio un abierto rechazo. Su consenso es factible.

En el frente internacional, el nuevo gobierno tendrá que corregir el desequilibrio que se ha dado en la relación con los Estados Unidos, la obsequiosidad de los últimos gobiernos ha sepultado el nacionalismo y esa condición les encanta a nuestros vecinos, por eso admiran y reconocen a Felipe Calderón. Les preocupa que esa relación ventajosa se modifique por lo que regatearán con todas sus mañas un arreglo semejante con Peña Nieto.

Otro reto será el de establecer una política social que realmente combata la pobreza y disminuya las desigualdades. Desde que se clausuró el Estado Benefactor sustentado en la legislación laboral y el reparto agrario, su sustitución por la llamada política social en consonancia con la apertura comercial no ha hecho más que deteriorar el tejido social. Aquí se encuentra la principal fortaleza de la izquierda que impugnó las elecciones y es en esta línea de política pública que el nuevo gobierno tendrá que responder.

No menos importante, asaz dificultoso, es el reto de ordenar a los grandes empresarios, la banca incluida, para que moderen sus propios intereses en beneficio de las mayorías. Esto puede sonar como un regreso al pasado, pero la verdad es penoso el apocamiento de la autoridad frente a los empresarios. Como se achaparra el gobernante ante la industria minera o a los negocios de las telecomunicaciones, por dar sólo dos ejemplos. Con la ley en la mano la autoridad del Estado tiene que volverse a ubicar por encima de los gobernados para garantizar los beneficios de vivir en un Estado de derecho, entre los beneficios está el de la seguridad.

 El PRI regresa, como es evidente, a gobernar con una realidad distinta a la que facilitó su hegemonía en el pasado, no puede desechar la conquista de la libertad de expresión. El expediente autoritario lo tiene prohibido. Pero no sólo es cuestión del gobierno nacional, el reto será convencer a los gobernadores a que adopten un compromiso con el conjunto de la nación y que no se asuman como una excepción balcanizante. Sin el acompañamiento de los gobernadores los alcances del nuevo gobierno quedarán limitados de inicio.

Este es el conjunto de retos que a mi parecer, en las fuerzas que lo representan, han significado el descontrol poselectoral en particular y la ingobernabilidad de una transición que perdió conducción.

No hay comentarios.:

Powered By Blogger