martes, 29 de noviembre de 2011

La decisión del PRI




Como inevitable, Enrique Peña Nieto es el precandidato único del Partido Revolucionario Institucional que desea contender formalmente por la presidencia de la república, el todavía lejano 1 de julio del 2012. La declinación de Manlio Fabio Beltrones días antes a participar en la interna del PRI, el martes 22 de noviembre para ser precisos, se acomodó impecablemente a los reflejos del viejo partido. El rito de la aclamación del predestinado se cumplió recién el domingo 27. La unidad se preservó y ahora viene lo bueno: competir. Esa parte decisiva del guión electoral, cuya ejecución en las últimas elecciones presidenciales no ha sido impecable y ha carecido de unidad por parte del PRI. Hay que recordarlo.



Peña Nieto tiene en sus manos la candidatura priísta. Todo lo que haga, diga o gesticule será celosamente seguido por sus correligionarios y sus adversarios. Pero particularmente para el Partido Acción Nacional, el mexiquense representa un reto y ya se sienten urgidos de tener una definición de contraste (Bueno, estos panistas piensan que tienen oportunidad de ganar cargando con el fardo de doce años de mal gobierno. Bueno, su oportunidad tiene descripción: fraude) Es precisamente el contraste la tarea más difícil que tienen los blanquiazules pues Peña Nieto no se distingue mucho del PAN. Él sigue invocando las “reformas estructurales”, al poder salvífico del mercado para abatir los grandes problemas nacionales. Él ha mostrado obsecuencia hacia la inapropiada intervención del clero en la política. Él no ha dicho esta boca es mía frente a la creciente injerencia de Washington en el debate nacional. El contraste, como se ve, va a ser difícil. Para él, la revolución mexicana es un lastre ideológico, cenizas es. No comparte esa nostalgia que todavía algunos, no muchos, alentamos, pero no tienen por qué hacer suya los jóvenes priístas aunque en ello les vaya su definición.



El desafío para Enrique es comparable a la situación del ser ante el abismo. Cómo hacer una propuesta educativa en los brazos de la profesora Elba Esther Gordillo. Cómo una propuesta ambiental del brazo y por la calle con Jorge Emilio González Martínez.



Más complicado será romper con el círculo vicioso que heredará de resultar electo presidente: inseguridad, corrupción, injusticia y fragilidad del Estado de Derecho. Temas que, salvo el primero, no ha osado abordar. Falta audacia para encarar lo que la gente le pide al PRI, hacer un ajuste con el pasado de corrupción para dar inicio a la verdadera rendición de cuentas que no supo construir el PAN.

  

Ante el electorado, el ciudadano de a pie, dos coaliciones electorales están haciendo el verdadero contraste. El PAN es lo de menos, pues hacer campaña y cargar cadáveres no son llevaderos.


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