Desesperado, frustrado, fracasado y todavía amenaza: si no se realizan las reformas económicas México la va a pagar muy caro. Así más o menos se expresó Felipe Calderón. Está en otro mundo, en el de sus socios y amigos. Se le acaba el tiempo y más grande se ve la posibilidad de que Calderón sea enjuiciado, si no en su país, en una Corte del extranjero, como Pinochet en España o Milosévic en La Haya, Holanda. Lo barrunto por el hecho de que su guerra en contra del narco se ha convertido en una crisis de derechos humanos.
Algo no encaja en la serie de cadáveres exhibidos en la vía pública o en las osamentas encontradas en cementerios clandestinos. El vacío de autoridad es increíble, a menos de que se trate de cierta complicidad con la autoridad. No se puede aceptar la falta de investigación del gobierno para que esclarezca tanto crimen. He llegado a sospechar que muchos de los muertos, los que están involucrados con el crimen organizado, que son miembros del algún cártel, por estar desarraigados de sus familias y nadie los reclama, llegado un momento de su vida estaban presos y fueron facilitados para su ejecución al cártel adverso. Esa sospecha no la había comentado por la sencilla razón de que no encontraba opinión que hiciera alusión a la posibilidad de que la autoridad estuviera metida en tan macabro enjuague.
Los muertos esparcidos el 20 y 21 de septiembre en Boca del Río, Veracruz, ha dado pie a sugerir la existencia de escuadrones de la muerte, que en el caso de Los Matazetas ya se habían publicitado en Youtube. Cuerpos de ajusticiamiento cuya existencia ha negado el gobierno pero que no ha complementado su dicho con la investigación de los hechos de Boca del Río.
Mientras la verdad aguarda para ser revelada, en la mañana de hoy me encuentro con una columna política y un artículo que toman el hilo para jalar hebra. Ambos periodistas abordan los sucesos de Veracruz señalados arriba, uno desde el beneficio de la duda, el otro con las certezas de la RealPolitik.
En El Universal, Antonio Navalón pide aclarar toda sospecha sobre el involucramiento de las fuerzas del orden en las aterradoras ejecuciones (Veracruz: la última muralla http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/54999.html ) Por su parte, en Impacto Diario Juan Bustillos presenta la otra solución (http://impacto.mx/Opini%C3%B3n/nota-19717/S%C3%B3lo_para_iniciados) que habla de ejecuciones encubiertas para infundir miedo a las bandas delictivas.
La cosa se ha puesto para no dormir.
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