miércoles, 14 de octubre de 2009

Propaganda infamante



Guerra perdida consigna Raymundo Riva Palacio, fabricación de un villano concluye Raúl Trejo Delarbre. El aplastamiento mediático, propagandístico, del Sindicato Mexicano de Electricistas es la noticia. La opinión pública le ha dado la espalda al SME. Mientras, el Partido Revolucionario Institucional ha optado por una actuación paraestatal. Y en el adelanto de las conclusiones, con el decreto de liquidación de Luz y Fuerza del Centro, se afirma que Felipe Calderón ya resolvió la sucesión presidencial del 2012 a su favor. Por fin se le concede al Presidente la estatura de conductor del Estado pues ha sometido a un sindicato corrupto con toda la fuerza del Estado (autoritario): la fuerza de la policía, el dinero (de los contribuyentes) y el quebranto de la ley. Lo que no se ha podido contra el crimen organizado, hoy el gobernante se siente victorioso por derrotar a una institución del Estado Mexicano.

Implacable pero no impecable, el golpe ha producido ensoñaciones que convocan a una marcha final en contra de esta especie de asalariados que osaron de manera institucional tener prestaciones a favor de su calidad de vida. Según Federico Reyes Heroles González Garza: “Los 106 millones de habitantes son una mayoría tan apabullante que los sindicalistas se desvanecen. Trabajadores y jubilados y un porcentaje de sus parientes representan alrededor del 0.09% de la población nacional.” Así se expresa la épica del aniquilamiento demográfico y se le llama arrojo, valentía. Hitler y Pol Pot se quedan chiquitos ante la hazaña de Felipe Calderón. Se les hace tarde para una marcha sobre Roma.

Para llegar a este aniquilamiento se recurre a la simplificación pues la complejidad puede llevar a la justicia, la moral y a la prudencia. El silogismo es fácil y falaz: la empresa está quebrada porque el sindicato corrupto a sí lo quiere. Difúndase por todos los medios cueste lo que cueste para que la “opinión pública” los condene. Una idea del cueste lo que cueste ya se había calculado la década pasada por encargo de Carlos Salinas y la hizo Pedro Aspe Armella: 35 mil millones de pesos (Riva Palacio 09-10-2009) Hoy con $20 mil millones se pretende comprar la conciencia de los agremiados al SME. Conste que no se contabiliza el costo de los medios, empresas y periodistas. En verdad, no se había visto propaganda tan aniquilante desde 1968. Como diría el clásico “toda unanimidad es sospechosa”. Por lo pronto, Calderón ya agradeció a los concesionarios de Radio y Televisión su objetividad en el tratamiento del conflicto.

Todo sea por construir al malo de esta película, para ello se arremete con el argumento de los subsidios y se le hace creer a la gente que todo se lo traga el sindicato. Alberto Barranco ha desmenuzado ese rubro presupuestal de la compañía en proceso de liquidación: “orientado el subsidio hacia la tarifa en lugar del consumo, la mayor parte de éste beneficia a las industrias. Dicho con todos los números, para ellas van 16 mil 862.33 millones de los 25 mil 595.90 recibidos, lo que representa para cada una de las 16 mil 165 empresas un beneficio superior al millón de pesos…En contraste, para los usuarios domésticos el subsidio total es de 6 mil 219.80 millones, lo que dividido entre 5 millones 389 mil 398 de ellos, les plantea un ahorro de mil 154 pesos…Dicho en porcentajes, 58.9% del subsidio va a los industriales; 21.8% a las casas; 13% a los comercios; 6.1% a las empresas de servicios, y 0.2 a usuarios agrícolas.” O sea que el despilfarro es compartido.

Contentos están los aplaudidores de siempre, aunque se trate de otra generación. Se sentirán igual de victoriosos que su amo si mañana jueves 15 de octubre la marcha convocada por los electricistas resulta un fracaso.

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