Son varias las informaciones destacables. La designación de la sede de la nueva refinería de PEMEX en Tula, Hidalgo. La tardía condena legislativa a las cuentas del gobierno de Vicente Fox. La visita del presidente de Estados Unidos a la ciudad de México. El laudo de la Junta Federal Conciliación y Arbitraje que da por concluida la relación laboral en la mina de Cananea, Sonora, entre la empresa de Germán Larrea y el sindicato minero que dirige Napoleón Gómez Urrutia.
De la “nueva refinería” cabe resaltar la sinuosa resolución. Hasta ahora no se entiende porqué el gobierno no fue más expedito en el procedimiento y, por el contrario, puso a pelear a varios mandatarios estatales al tiempo que dejó sembrados conflictos potenciales. Así pasó con el proyecto fallido de un nuevo aeropuerto para la ciudad de México en el sexenio pasado. Así no se puede gobernar para todos, aunque tal vez ese no se el propósito de la administración de Calderón pues gobierna para sus cuates, su partido y un grupo selecto de empresarios. Algo anda mal cuando se empieza a acusar a los ejidatarios de especuladores (Reforma). Pobres especuladores frente a los grandes especuladores de la bolsa de valores y de la paridad peso dólar. Los ejidatarios hacen bien en exigir un mejor precio por sus tierras, pues siempre que sus tierras son afectadas por un desarrollo no han sido bien retribuidos. Ojalá que el gobernador de Hidalgo no permita que los timen. Que Beatriz Paredes y Heladio Ramírez salgan en defensa y den su apoyo activo a los campesinos.
De la administración foxista y el juicio sumario que se le hace en la Cámara de Diputados, el perfomance se limita a recalentar información que es del dominio público. Nada nuevo se dice y sí se exhiben las nulas capacidades institucionales para sancionar con oportunidad al gobernante que se desentiende de sus responsabilidades. Resulta de una frustración tal, que ahonda el agravio padecido por este país en el esquema de foxilandia. Se dice que la Cámara de Diputados dotó de capacidades a la Auditoria Superior de la Federación para que pueda sancionar a los funcionarios que mal usan los recursos públicos. A ver si es cierto. A toro pasado cualquiera se atreve a hacer juicio sumario. Ya pa’que.
Del arribo de Barack Obama a México, una escala técnica rumbo a Trinidad y Tobago donde se realiza la reunión de las Américas -en un aparente esfuerzo por replantear la relación de Estados Unidos con Latino América y el Caribe. El mandatario norteamericano visitó a Felipe Calderón. Una visita que bajo impresionante cerco de seguridad no dio oportunidad al visitante de hacer química con muchos de sus admiradores que son parte de la obamanía mexicana. Que a qué vino Obama, pues a defender los intereses de su país. Si ve que la casa de su vecino se incendia natural es que se alarme: el incendio de la inseguridad que asola a México ya es preocupación de los Estados Unidos. Eso lo corroboró el afroamericano al llegar a México. No es para menos, ni la presencia de Obama persuadió de una pausa al baño de sangre. En el estado de Guerrero se dio un enfrentamiento entre el Ejército y un convoy de delincuentes dejando un saldo de dieciséis muertos.
Del laudo emitido por la autoridad laboral se puede decir que pinta de cuerpo entero a Felipe Calderón como el enemigo de los trabajadores. Confirma el prejuicio que tiene la actual administración sobre los derechos laborales y su ejercicio, derechos de los trabajadores que se perciben contrarios a la productividad y la competitividad. Quisieran que los trabajadores estuvieran dispuestos a recibir minisalarios, no sujetos a contrato laboral alguno y, de ser posible, sin prestación alguna. La decisión de la autoridad de borrar las instituciones que garantizan la defensa de los trabajadores (el sindicato, la contratación colectiva y la huelga misma) abre un frente que definirá la permanencia o caducidad de las instituciones mencionadas. El triunfo total del neoliberalismo o el resurgimiento del aletargado movimiento sindical.
De la “nueva refinería” cabe resaltar la sinuosa resolución. Hasta ahora no se entiende porqué el gobierno no fue más expedito en el procedimiento y, por el contrario, puso a pelear a varios mandatarios estatales al tiempo que dejó sembrados conflictos potenciales. Así pasó con el proyecto fallido de un nuevo aeropuerto para la ciudad de México en el sexenio pasado. Así no se puede gobernar para todos, aunque tal vez ese no se el propósito de la administración de Calderón pues gobierna para sus cuates, su partido y un grupo selecto de empresarios. Algo anda mal cuando se empieza a acusar a los ejidatarios de especuladores (Reforma). Pobres especuladores frente a los grandes especuladores de la bolsa de valores y de la paridad peso dólar. Los ejidatarios hacen bien en exigir un mejor precio por sus tierras, pues siempre que sus tierras son afectadas por un desarrollo no han sido bien retribuidos. Ojalá que el gobernador de Hidalgo no permita que los timen. Que Beatriz Paredes y Heladio Ramírez salgan en defensa y den su apoyo activo a los campesinos.
De la administración foxista y el juicio sumario que se le hace en la Cámara de Diputados, el perfomance se limita a recalentar información que es del dominio público. Nada nuevo se dice y sí se exhiben las nulas capacidades institucionales para sancionar con oportunidad al gobernante que se desentiende de sus responsabilidades. Resulta de una frustración tal, que ahonda el agravio padecido por este país en el esquema de foxilandia. Se dice que la Cámara de Diputados dotó de capacidades a la Auditoria Superior de la Federación para que pueda sancionar a los funcionarios que mal usan los recursos públicos. A ver si es cierto. A toro pasado cualquiera se atreve a hacer juicio sumario. Ya pa’que.
Del arribo de Barack Obama a México, una escala técnica rumbo a Trinidad y Tobago donde se realiza la reunión de las Américas -en un aparente esfuerzo por replantear la relación de Estados Unidos con Latino América y el Caribe. El mandatario norteamericano visitó a Felipe Calderón. Una visita que bajo impresionante cerco de seguridad no dio oportunidad al visitante de hacer química con muchos de sus admiradores que son parte de la obamanía mexicana. Que a qué vino Obama, pues a defender los intereses de su país. Si ve que la casa de su vecino se incendia natural es que se alarme: el incendio de la inseguridad que asola a México ya es preocupación de los Estados Unidos. Eso lo corroboró el afroamericano al llegar a México. No es para menos, ni la presencia de Obama persuadió de una pausa al baño de sangre. En el estado de Guerrero se dio un enfrentamiento entre el Ejército y un convoy de delincuentes dejando un saldo de dieciséis muertos.
Del laudo emitido por la autoridad laboral se puede decir que pinta de cuerpo entero a Felipe Calderón como el enemigo de los trabajadores. Confirma el prejuicio que tiene la actual administración sobre los derechos laborales y su ejercicio, derechos de los trabajadores que se perciben contrarios a la productividad y la competitividad. Quisieran que los trabajadores estuvieran dispuestos a recibir minisalarios, no sujetos a contrato laboral alguno y, de ser posible, sin prestación alguna. La decisión de la autoridad de borrar las instituciones que garantizan la defensa de los trabajadores (el sindicato, la contratación colectiva y la huelga misma) abre un frente que definirá la permanencia o caducidad de las instituciones mencionadas. El triunfo total del neoliberalismo o el resurgimiento del aletargado movimiento sindical.
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