Algo intuye Jacobo Zabludovsky cuando hace inusual columna sobresaltada por el asesinato de un general y la escalada contra el peso (El Universal) encabezada con un título sin ambages: Tronó. Qué tronó, eso lo deja a la buena de sus lectores. Pero que algo tronó eso se palpa en el debate público.
Ya tronó el modus vivendi que entre el PRI y el PAN que acompañó los primeros dos años de gobierno calderonista, desde su asunción el primero de diciembre de 2006 al 15 de enero de este año con el inicio formal del ciclo electoral federal. El mismo Germán Martínez comenzó diciendo que los tiempos de tronar cuetes y de recoger las varas habían llegado. Con las campañas de este año se acabaron las compañías. Beatriz Paredes tomó las cosas con calma, pues afirmó que no debatirá con un muchacho pendenciero.
Ya tronó Carlos Slim, quien en el Foro organizado por el Congreso (Qué hacer para crecer) sin asumirse catastrofista hizo su pronóstico severo sobre la situación económica: cierre de empresas y más desempleo, lo que significará una caída del PIB por debajo de las estimaciones optimistas de Hacienda. Las medidas del gobierno son insuficientes y su ejecución es lenta. Un mensaje directo al presidente Calderón para que no se entretenga queriendo endulzar los oídos de la ciudadanía, porque la crisis no tiene contemplaciones, si es externa o si contamos con reservas suficientes, eso no salva al país de los efectos de la crisis que ya pega aquí y pega allá.
Ya tronó el general Guillermo Galván. El asesinato de un general retirado en la Península de Yucatán y el enfrentamiento entre miembros del Ejército con sicarios en Zacatecas ha colmado la paciencia castrense. Nada bueno es. Y en la ceremonia de la Marcha de la Lealtad del pasado lunes, el secretario de la Defensa no se detuvo en elogios para el gobernante en turno, simplemente asumió como propia la lucha contra el crimen organizado de la que en un principio se entendía como colaborador temporal. Harto de las autoridades civiles, el General convoca a la ciudadanía a qué denuncie, mientras que horas antes, y sin que se conozca orden de por medio, el Ejército incursiona en Cancún, Quintana Roo, desactiva a la policía municipal y toma en sus manos la seguridad de ese puerto turístico.
Ya tronó el ministro David Genaro Góngora Pimentel al hacer su posicionamiento hoy martes, ante el pleno de la Suprema Corte, respecto al caso de San salvador Atenco. No se anda por las ramas y concluye: no se trató de despejar de la vía y la plaza pública a los inconformes de Atenco, se trató de un acto deliberado para amedrentar a los pobladores. Las pautas de comportamiento de los cuerpos de seguridad, la sistematicidad de su conducta fue propia de una venganza por impedir el gran proyecto del sexenio de Vicente Fox.
Ya tronó el gabinete económico y social, no da para más. Ni los cambios que ocurrieron el año pasado sirvieron para fortalecer al gobierno y su ejercicio. Un gabinete aislado de sus interlocutores clave en Agricultura, en Educación, en Economía, en Desarrollo Social, en Trabajo y Previsión Social. Distinto es Comunicaciones, donde hay un sesgo hacia ciertos interlocutores. Los secretarios fueron dotados de recursos por el Congreso pero son acotados por los gobiernos de los estados y por reglas de operación que no corresponden a los tiempos de la crisis.
Ya tronó la estrategia de Felipe Calderón planteada en la primera semana del año, la de hacer política arropado por las sotanas, de nada sirve convocar a santos y mártires de la iglesia católica en México. De nada sirve ante los problemas terrenales de la inseguridad y del desempleo.
Hasta aquí la dejamos con los tronidos para evitar hablar de una explosión generalizada.
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Tronido: 1. m. Trueno en las nubes; 2. m. Estruendo, estallido, estrépito; 3. m. Fracaso ruidoso. RAE. Como gustéis.
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