La política está de bajo perfil, en contraste, los avatares de la guerra contra el crimen organizado en lo que va de este año y el crack bursátil de septiembre octubre han captado la atención. La nota roja y los temas financieros quitan reflectores a los asuntos políticos. Será que los políticos siguen disputando posiciones fuera de los procesos electorales, sobre todo si de movilización social se trata o se puja para modificar la alineación del gabinete. En la clase política no se dejan de golpear, no consideran que en este momento la economía merece la mayor de las atenciones, incluso que la batida contra el crimen organizado.
La política está desquiciada en la actual coyuntura. Cosa de locos es que el presidente constitucional tenga vedado el acceso al palacio de San Lázaro donde sesionan los diputados federales. En cambio, el líder del movimiento opositor a la investidura de Felipe Calderón es recibido con deferencia para conocer sus puntos de vista sobre la reforma de PEMEX. Y no está mal que Andrés Manuel López Obrador sea atendido por los diputados, como se hizo el martes pasado por la mañana. Pero resulta aberrante que el presidente Calderón no tenga ese espacio interlocución con los diputados, que la cámara de diputados se le encarezca como zona prohibida. Es cierto que los diputados no le hicieron caso a López Obrador, la deferencia fue simulada indiferencia. Al final de la sesión votaron la reforma sin incluir el fraseo que solicitó el Macuspano. El juego que se tiene con el símbolo presidencia es el que llama la atención, pues lesiona la institución en detrimento del presidente legal, es un paso hacia un esquema de gobierno paralelo para el cual la sociedad, el país, no está preparado.
Igual de desquiciados están en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Por qué viene ahora sancionar al Consejo Coordinador Empresarial a destiempo. Todos sabemos que el CCE fue uno de los orquestadores de la campaña sucia contra López Obrador. Cuando el Tribunal tuvo oportunidad de sancionarlos en el juicio donde se deliberó el nombramiento del presidente constitucional lo dejó pasar. No contentos los magistrados, también sancionaron al PAN y al PRI por no oponerse a esa campaña sucia. Peor aun, en el tribunal electoral actúan selectivamente pues no sólo Andrés Manuel fue víctima de campañas sucias, también la padeció el candidato del PRI Roberto Madrazo a través del SNTE y su líder inmoral, Elba Esther Gordillo, mediante la utilización de una organización fantasma de la que ya nadie se acuerda. Por lo que deciden los miembros del mencionado tribunal no es extremo afirmar que están de atar.
Y no hablemos de los desencuentros que se dan en el seno de la autoridad electoral. Y qué decir de la publicidad del gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, envuelta como información noticiosa. Son síntomas de descomposición política que dañan la civilidad democrática, que dan pie a usos y costumbres que de no señalarse en espera de avergonzar a quienes incurren en este proceder o toman este tipo de decisiones, el día de mañana se normalizarán hasta inutilizar la reforma política más reciente.
Sí, la política está descompuesta, pese a ello, la prioridad está en la economía, en atender la recesión que sigue al crack.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario