En 1977 inició el ciclo de
reformas políticas de lo que se llamó genéricamente transición democrática. En este año 2024,
las elecciones del domingo 2 de junio, puede ser considerado el cierre del
ciclo de la transición para volver a poner el acento en el estudio politológico
del sistema político mexicano. Qué vimos en este proceso, independientemente de
largas y tediosas campañas, la resurrección del SPM. Aquí se pueden poner
palabras similares en lugar de resurrección: reaparición, regeneración,
renacimiento, restablecimiento, restauración, palingenesia y todas las que nos
sugiera la RAE.
La victoria de MORENA y sus aliados
como un regreso del añorado carro completo (expresión de la picaresca priísta)
tiene puntos clave a destacar:
La presidencia de la república
como orquestadora del proceso sucesorio, controladora del proceso de principio
a fin. Comenzando por conducir la definición de la candidatura oficial. El
presidente de turno pone a quien le sucederá. Puede tener ligeras variantes,
pero el apoyo presidencial se impone, incluso por omisión. Luis Echeverría a
José López Portillo. JLP a Miguel de la Madrid. MMH a Carlos Salinas. CSG a Ernesto
Zedillo. EZ a Vicente Fox Quesada. Fox a Felipe Calderón. FCH a Enrique Peña
Nieto. EPN a Andrés Manuel López Obrador. AMLO a Claudia Sheinbaum Pardo.
Los prospectos que no alcanzaron la nominación se pliegan. Aquí abrevio la lista: Mario Moya Palencia, Javier García Paniagua, Manuel Bartlett, Francisco Labastida y el reciente caso de Marcelo Ebrard Casaubon.
La retórica popular, despreciada
por los tecnócratas, vuelve a ocupar su sitio compuesta de referentes
históricos. De un pueblo que lucha contra los malos, aunque la mayoría de ellos
se salga con la suya y se adapte al sistema para no vivir en el error a través
de la cooptación -así lo vimos con la integración de personajes del Grupo Atlacomulco. No todo es discurso, tiene que acompañarse de bienes
tangibles que pueden variar en el tiempo. Esa retórica también requiere de
intelectuales, de periodistas.
La resurrección tiene que ser
completa, pasará por los poderes judicial y legislativo, nada de subirse al
ring, de confrontar de manera irreductible al Ejecutivo. Los órganos autónomos
probablemente devuelvan sus funciones a la presidencia.
De las agrupaciones gremiales se
les sugerirá apoyo y más apoyo, con sabia discreción. Cero protagonismos.
En teoría, la resurrección del
SPM deberá reflejarse en la educación, en salud, seguridad y en el sector de
relumbrón, Medio Ambiente, harto de retórica y escaso de resultados. También en
la impartición de justicia. Y por qué no, retomar la asignatura de la
constitución moral. Sin dejar de recordar que los deberes están sujetos al
pragmatismo. Del debía ser al siempre no. A conformarse con los paliativos y
sobrevivir, como la mayoría del pueblo.
Finalmente, para la clase media, hacerle entender que el
sistema no es anticapitalista, ni comunista, sino todo lo contrario.