viernes, 1 de septiembre de 2023

Abierto/Cerrado

“Según pasaba el tiempo, nuestra necesidad de luchar por tal ideal fue creciendo hasta convertirse en una forma de posesión que no admitía preguntas y que cabalgaba con espuelas y riendas sobre todas nuestras dudas. Quieran que no, acabó convirtiéndose en una fe…Por nuestra propia voluntad nos habíamos vaciado de toda moral, volición y responsabilidad, y éramos llevados como hojas secas llevadas por el viento.”

T. E. Lawrence

La simulación democrática se da cuando en los procesos internos de organizaciones -gremiales y de partido- así como en los procesos electorales de ciertos estados nacionales, la asignación o distribución de poder se propone de manera abierta, con ninguna o pocas restricciones para los participantes. Pero en el camino se imponen controles que cierran o anulan las posibilidades de los participantes a excepción de uno.

Por muchos años, de manera contundente México vivió en la simulación democrática. Candidatos del PRI a la mayoría de los cargos de elección popular regularmente resultaban ganadores (Esto sigue sucediendo en el ámbito de algunas organizaciones sindicales en la figura del líder vitalicio) Para conseguir esos resultados se establecen controles dentro del proceso abierto. El pasado nos alcanzó y lo estamos viendo en la selección de las candidaturas presidenciales, en la oposición y en el oficialismo.

Desde la oposición el control lo establece un empresario aglutinador de los dirigentes del PAN, PRD y PRI. Con esa cúpula se procede a nombrar un consejo de notables en calidad de chambelanes, como sustitutos de la sociedad civil. Abren el proceso despreocupado por articular un proyecto, el propósito es recuperar el poder y regresar a las condiciones anteriores al arribo de López Obrador. Una vez abierto se registran ocho participantes y en unas cuantas exposiciones o castings, determinan emular una candidatura lo más parecida a la de Vicente Fox con un personaje grotesco y pendenciero: es Xóchitl Gálvez. Ella cumple esas especificaciones. Con la maleabilidad requerida para que otros decidan en su lugar. Proceso cerrado.

La coalición oficialista abrió un proceso de selección dispendioso y ruidoso. Los participantes orillados a convenir un concurso de alabanza a la 4T. Contra lo dispuesto, el aparato público interviene, el aparato partidista ha sido parcial y la encuesta la convirtieron en un mecanismo complicado. La encuesta como experimento mental, no se sabe si está viva o muerta. La lógica es conservar el poder, aunque en esa ruta se pierda legitimidad si se confirma que el proceso abierto estaba cerrado desde el principio.


Erwin Schrödinger y su gato. Ilustración de Carolina Robles.

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