Tamaulipas, su frontera con
Estados Unidos, ha sido recientemente el espacio para dos eventos con
investigación en curso. La masacre de miembros del Ejército sobre cinco jóvenes
en un barrio de Nuevo Laredo (26-02-2023). El secuestro de cuatro
norteamericanos, con ajusticiamiento de dos de ellos de parte de un grupo
criminal por definir, en Matamoros (03-03-2023). El primero trasgrede los
límites que se ha impuesto el gobierno para combatir a la delincuencia
organizada. El segundo, una provocación que muestra la actuación de ilegible red
criminal en sus acometidas, lo que reduce la capacidad de anticipación de los
mecanismos de seguridad y señala el largo camino por recorrer, más allá de la
actual administración. Desafío directo al presidente López Obrador. De
película, las cosas pasan cuando suceden.
El fondo alcanza a la
configuración del narcoestado -eso si nos atenemos a los testimonios vertidos
durante el juicio a Genaro García Luna- en operación entre el 2006 y 2012. El
gobierno de Felipe Calderón, su secretario de seguridad pactando con el crimen
organizado. Está por descubrirse los acuerdos secretos de García Luna con
agencias estadounidenses ¿Saldrán a la luz?
De que la madeja comenzó a rodar
se tiene la certidumbre, aunque es incierto si el rodamiento de hechos
concatenados por descubrir se detenga intempestivamente.
Primero, volver a destacar la
primera fuga de Joaquín Guzmán Loera en enero del 2001. El hecho alteró el
liderazgo dentro del llamado cártel de Sinaloa. Las fracciones de esa
organización criminal reclamaban trato preferente del gobierno. La definición al
respecto, por parte del gobierno de entonces, se dio en diciembre del 2009,
cuando un operativo de la Marina liquida a Arturo Beltrán Leyva; Segundo, el
combate al crimen organizado en ese entonces tenía tres cabezas, a saber,
Seguridad, Defensa y Marina. Hasta ahora nos enteramos indubitablemente de que
el hombre fuerte de Calderón fue García Luna.
El epítome del narcoestado de
Calderón, operado con García Luna, fue lo que se sucedió cuando la Iniciativa Mérida
(22-10-2007) estaba en curso. Una serie de medidas para combatir al
narcotráfico, supuestamente. Esto seguramente lo tiene registrado el embajador
Ken Salazar. Lo verdaderamente incongruente ante el grado de entendimiento entre
Bush/Obama y Calderón, fueron dos hechos que no encajaban con la amistad
pregonada dentro de la Iniciativa.
El 15 de febrero de 2011, dos agentes
estadounidenses de inmigración y aduanas fueron agredidos mientras se desplazaban
en una suburban por carretera en San Luis Potosí. Uno de ellos, Jaime Zapata, murió;
dos agentes de la CIA, acompañados por un miembro de la Marina, fueron
agredidos por policías federales cerca de Tres María en Morelos, mientras transcurrían
por carretera para una cita oficial. Esto ocurrió en agosto de 2012, a semanas
de que se hiciera el relevo presidencial.
El caso García Luna sigue su
rodada.
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