Los hechos violentos. La
lamentable pérdida de vidas. Hechos ocurridos en la frontera norte de México desde
el cierre del año pasado al lunes 27 de marzo de 2023, no se pueden comprender
como desastres aislados discernibles bajo el levantamiento de procedimientos
penales. Hay que enfocar la secuencia desde el motín en una prisión de Ciudad
Juárez, Chihuahua, seguidos de la masacre de Nuevo Laredo, el ajusticiamiento
de Matamoros (ambos en el estado de Tamaulipas) para cerrar el círculo con el
incendio de una estación migratoria en Ciudad Juárez, el cual cobró la vida de
migrantes.
Los eventos ponen por lo alto la
señal de alerta, más allá de la visión judiciaria. Se convierten en sucedidos
que ameritan tomar la perspectiva de la seguridad nacional. Dos de ellos de la
mano del crimen organizado, los otros dos muestran un descontrol localizado del
aparato gubernamental. Los cuatro en la proximidad geográfica del Río Bravo.
Apreciar esta secuencia expuesta
sinópticamente para anticipar eventos de la misma naturaleza desastrosa. Si el
gobierno actual no ha hecho una declaratoria de guerra a los cárteles de la
droga, éstos si la han hecho al gobierno.
A consideración.
a) Los grupos criminales no cuentan
con un acuerdo verbal con las autoridades.
b) Uno de los operadores a nivel
nacional -alto funcionario de administraciones anteriores- quien en el pasado
tuvo acuerdos con la delincuencia, fue declarado culpable por la Corte de
Brooklyn, Nueva York.
c) Son legibles las capturas
recientes de líderes delincuenciales de alta peligrosidad, entre ellos Ovidio
Guzmán.
d) Fue exonerado por un juez el exgobernador
de Tamaulipas por los delitos que le imputó el Congreso, no cualquier
promovente.
e) La exhibición de los vínculos de
miembros distinguidos del PAN con organizaciones criminales durante la docena
trágica (2000-2012).
f) Las disputas electorales por
venir en los Estados Unidos han gestado una campaña de medios en contra de
México por la violencia “generalizada”. Qué mejor lugar para alimentarla que la
frontera con Texas.
Todo este contexto es suficiente
para explicar la reacción explosiva de los afectados en sus actividades
delictivas. Se acabó, hasta cierto punto, la simbiosis entre el crimen y la
autoridad. Genaro García Luna y Francisco Javier Cabeza de Vaca son la
expresión decantada de esa comunión.
Por qué hasta cierto punto,
porque el Poder Judicial ha dado muestras de servir de escudo a delincuentes
peligrosos por la mera razón del procedimiento. Un formalismo sin criterio que
atenta contra la construcción de la paz.
Por eso la importancia, la
exigencia también, de una investigación del Centro Nacional de Inteligencia
capaz de armar el rompecabezas del caos en la frontera.
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