Cuatro años ya son historia. Parte de esa historia son los cambios que han sucedido en el gabinete presidencial. Gabinete al que no pertenece ni el fiscal general de la república, ni la jefa de gobierno. Las secretarías son encargos designados por el titular del ejecutivo. En este gobierno, ningún designado corresponde a una distribución correlacionada con los partidos aliados a MORENA. Por ejemplo, Medio Ambiente reclamado por el Partido Verde fue concedido a una rancia familia priísta, no al PRI. La designada renuncio a los meses y al relevo entró un académico con prestigio de ecologista crítico. Tal vez por eso Víctor Toledo no duró mucho y fue sustituido por una activista que no aguantó el trote en la secretaría del Bienestar. Cayó para arriba pese a que mantiene un bajo perfil o a lo mejor es por eso.
Precisamente Bienestar cuenta con
la sucesión de tres nombramientos, aparentemente debido a enroques. Una
secretaría muy estructurada a los programas sociales insignia del gobierno, del
presidente López Obrador. Sus titulares siguen el esquema, mantenerse en perfil
bajo.
La SEP también cuenta con su
desfile de responsables. El primero sacó adelante el proceso para desactivar la
contra reforma educativa. La segunda llegó con la orden de aplicar la nueva
reforma para después emigrar al partido. La tercera, otra vez, fue sacada de la
inmensa reserva de activistas, aunque con años de ser colaboradora cercana de
Andrés Manuel. Se repite el esquema, distancia con la exposición mediática.
Hacienda ha representado un cargo
cargado de polémica, donde se supone que la técnica se sitúa por encima de la
política. Ese fue el mantra que vendieron los tecnócratas. Ese despacho lleva
tres nombramientos y Rogelio Ramírez de la O parece haber colmado la
expectativa presidencial: acuerdo en la estabilidad macroeconómica con
soberanía.
Economía también cuenta con la
serie de tres titulares, las tres mujeres. La primera fue reubicada en un
organismo autónomo (INGI) preponderantemente colonizado por los tecnócratas.
Llegó Tatiana Clouthier, en parte como una deferencia a los empresarios
regiomontanos. La semana pasada renunció, sin ser específica, por incomodidad
en el equipo. La nueva titular tiene como encomienda operar como escudo contra
negociaciones económicas que potencialmente menoscaben la soberanía.
Comunicaciones ha tenido dos
responsables. El primero renunció por no aceptar la cesión de responsabilidades
al Ejército y la Armada. El sustituto se aviene a la condición y trabaja casi
de incógnito.
Función Pública tiene otro relato.
Su primera titular Irma Eréndira Sandoval, de trato de familia con el
presidente, le pidieron las llaves y no quedó claro por qué y para qué. Sería
por exceso de protagonismo. Quien la sustituyó parece tener la consigna de no
hacer olas.
En materia de seguridad pública
el titular de inicio pidió su relevo, el político dejó el cargo para competir
por la gubernatura de Sonora. Alfonso Durazo fue sustituido por Rosa Icela
Rodríguez, profesional del periodismo. Su visibilidad se encuentra en la
lectura de resúmenes acompañados de cuadros estadísticos, sus funciones están
operativamente a cargo de las fuerzas armadas. En esas condiciones la nueva
titular se da tiempo para la política partidista.
Gobernación, encargado de las
costuras políticas, tuvo por tres años a Olga Sánchez Cordero como responsable.
Con todo y su haz de relaciones en el manejo de la política mexicana, las
elecciones de mitad de sexenio marcaron su ciclo y regresó al senado. Se llamó
al entonces gobernador en funciones de Tabasco, Adán Augusto López, de todas
las confianzas de López Obrador. Es prospecto como candidato de MORENA a la
presidencia. Esa es su dificultad como titular de SG, chiflar y comer pinole,
repicar campanas y andar en la procesión.
Los demás despachos mantienen el
elenco de inicio. Con el responsable de Agricultura no se ha complementado el
esquema agroexportador con la autosuficiencia alimentaria; En SEDATU la
dedicación de su secretario a la arquitectura urbana es su distintivo; Energía
ha sido puntal del proyecto energético de la 4T; Trabajo y Previsión Social,
bajo fuego amigo, ha mantenido la paz laboral; SALUD respondió con todo a la
emergencia epidemiológica en medio de una decadencia del sector. Un logro
enorme; SEDENA y SEMAR han multiplicado sus funciones, son el respaldo más
firme del gobierno hasta ahora. El protagonismo de las fuerzas armadas se ha
dado, en parte, por la carencia de un aparato burocrático eficiente (la
metáfora del elefante echado); Relaciones Exteriores ha reconstruido la
relación de México con América Latina, de nuevo el pueblo hermano que se
reintegra a su familia tras la noche globalizadora. El rescate de Evo Morales.
Al tiempo que se mantiene el fortalecimiento de la región económica de América
del Norte. Lo extraordinario o extracurricular, el apoyo al sector salud en
coordinación con otras dependencias, para atender la emergencia del Covid. La
compra de vacunas. A su desempeño, la SRE afronta la circunstancia de que su
titular Marcelo Ebrard quiere ser presidente.
Independientemente de las
filtraciones y los escándalos, la sucesión está en medio de la sala nacional,
poniendo a prueba una vez más al gabinete. Marcelo a contrarrestar la tendencia
de los últimos años, la cual indica que ser parte del gabinete no es garantía
automática de la presidencia; la realidad de que, sin dedazo, ni tapado, López
Obrador no es ajeno al proceso sucesorio, al menos en el proceso de planchado. Colaboradores
del gabinete y desde la misma dirección de comunicación social, se plancha para
quitarle las arrugas a la eventual candidatura de Claudia Sheinbaum. Las turbulencias
están avisadas, nadie se dé por engañado.
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