Qué ver en las próximas
elecciones ordinarias del 2022 en Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca,
Quintana Roo y Tamaulipas. Las encuestas presumen el avance de MORENA. Sería
pasarse de soberbios afirmar, sin atenuantes, la victoria total. Es cierto, la
mejor carta de la 4T en sendas elecciones es el hartazgo de los ciudadanos
hacia partidos y políticos por el uso que hacen de los cargos de representación
popular para robar. Ese es el catalizador de la “morenización” en curso que la
oposición se niega a ver, ceguera que será su perdición.
Muy bien, muy rico, al gusto de
la primera fuerza política del país si se repite el voto masivo a su favor,
aniquilante de cualquier tentativa de anulación en el escritorio por parte de consejeros
y Magistrados electorales. Tal proyección optimista no puede negar que el PRIAN
volverá a recurrir a las prácticas fraudulentas, con mayor enjundia si la
coalición opositora está confiada en una autoridad omisa y parcial. Una
autoridad que es ineficaz para detener los recursos de grandes empresarios a
las campañas.
Lo que vamos a ver el 5 de junio
es el fin del modelo electoral que corría por dos bandas, la normativa y la de
los arreglos políticos en los que se asentó la partidocracia (Los Pinos, INE y
los partidos PRI y PAN como socios fundadores) para evitar la democracia, el
gobierno del pueblo. 1990, el año de la creación del IFE en la era de las “concertacesiones”
y de la cohabitación en el poder del PRIAN. 1994, año en el que el PRI le
concesiona al PAN la PGR y espacios en el Poder Judicial. 2000, el año de unas
elecciones con todos los ingredientes para ser anulada y hasta para cancelar el
registro del PAN, se dio la supuesta alternancia de partido en el poder con la
continuidad en el modelo económico. La tecnocracia como vínculo y cerebro del
PRIAN. 2006, el año del fraude más grande en la era de las autoridades electorales
autónomas. 2012, el año del regreso del PRI y la última generación de reformas
neoliberales con todo el apoyo del PAN y los empresarios. En diciembre de ese
año se agrega el PRD a la fórmula PRIAN con el Pacto por México, después se
sumaría MC. 2014, en ese año se crea el INE para sellar este arreglo que
parecía definitivo. 2018, el año en que un movimiento de izquierda desafió y
derrotó a la derecha gobernante. MORENA gana la presidencia de la república,
espacios en el Poder Legislativo y comienza su hegemonía territorial en los
estados.
El próximo 5 de junio tal vez se
asista al fin de un modelo electoral en el que la ley se sometía a la
discrecionalidad de la autoridad y a los arreglos extralegales, donde los
partidos negociaban la voluntad popular para repartirse cuotas de poder y, sobre
todo, recursos públicos al patrimonio personal de funcionarios y dirigentes.
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