“Suelo decir a menudo que los
intelectuales -usamos este término muy descuidadamente- están seguramente
dotados de antenas, perciben de dónde sopla el viento y se acomodan.”
Luciano Canfora.
Se ha destacado entre los “intelecuates”*,
una rogativa al gobierno de López Obrador. Piden deliberar, que ellos sean los
meros consultados en la toma de decisiones del gobierno federal. Ese
planteamiento no es sustanciado con una descripción de hechos, como les gusta
pregonar, por eso es una percepción por demostrar. Mucho menos hacen
comparaciones con las administraciones que antecedieron a la actual. Hubo y en
qué calidad, deliberación desde el gobierno de Salinas de Gortari para acá.
Interesante tema de investigación. Ya desde otro punto de apreciación, se puede
opinar que la amplia libertad de expresión es un indicador de que la
deliberación existe y es pujante. Bueno, también existe el acto de deliberar en
modo cortesano ¿Será ese modo causa de nostalgia?
Cuando niegan la existencia de
deliberación, un observador extranjero podría sospechar que los poderes
constitucionales, distintos al Ejecutivo, se han quedado sin poder ejercer su
obligada deliberación. Hay que despejar la sospecha. En México al Congreso, tanto
como el Poder Judicial, no se les han menguado sus capacidades de deliberar. Y
dirán, no nos referimos a eso. Lo que queremos decir es que a nosotros los “intelectuales”
el gobierno no nos pela.
Cierto es que de entre los
quejosos no tienen alguna designación como consejeros de un ente público, ya ni
como asesores de funcionarios de tercer nivel, ni sus despachos o centro de
trabajo (instituto o universidad) son contratados con la misma manga ancha
dable en el pasado reciente. Ese pasado que tenía sus modos de deliberar. Nada
más recordar la deliberación de la reforma energética, a punta de billetes a
las cuentas de los legisladores o a la contabilidad de ingresos de medios de
comunicación.
Se les olvida que en la gran
deliberación de junio de 2018 se tomó la decisión colectiva y ciudadana de
darle otro rumbo al país, por eso también se alcanzó la mayoría del Congreso
para la alianza que ganó la presidencia. Todo lo que se propuso hacer quien
resultó el candidato ganador se hizo programa de gobierno. Nadie se puede
sentir sorprendido si, por ejemplo, si se construye el aeropuerto Felipe
Ángeles de Santa Lucía, el Tren Maya en el Sureste o la refinería de Dos Bocas.
Para los que sienten falta de
deliberación en las decisiones del gobierno de Andrés Manuel, pónganse a hacer
la tarea, esto es hagan política, formen un partido, ganen la presidencia y
muestren, en los hechos, su arte deliberativo. Pero si eso les da flojera
pueden aliarse con los desprestigiados partidos y así regresar a los viejos
modos de deliberar.
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*Los intelecuates se conocieron en la escuela o facultad donde adquirieron su formación profesional, o se hicieron amigos en el lugar de sus desempeños académicos. Enseñaban y ostentaban alguna modalidad del marxismo. En otros tiempos rivalizaban con los liberales, la seducción del poder político y el habla tecnocrática les cambió la manera de andar.
1 comentario:
No se solicita deliberar sino "ser parte del presupuesto", lo felicito por su labor y le envío un gran saludo estimado profesor
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