lunes, 18 de febrero de 2019

Primero los pobres, no lo olviden

“La forma más fundamental de moral, en efecto, se preocupa por fomentar experiencias de bienestar en los demás y por evitar y prevenir de dolor en los demás (o la perturbación del bienestar de los demás)”
George Lakoff

En términos informativos, lo que a mi me gusta de las conferencias de prensa matutinas del presidente Andrés Manuel, es que tienen contenidos antes sólo ventilados en los medios de comunicación y en los pasillos de la burocracia. Ahora, el presidente de la república es el que se encarga de darle visibilidad a los vicios de la gestión pública, lo cual pone en el aparador a la actual administración (las declaraciones patrimoniales de los funcionarios, los nombramientos no idóneos, por ejemplo, han sido puntualmente observados por los periodistas)

Esta política de comunicación no queda exenta de un debate áspero, en el que se pierde la importancia que tiene para el éxito del actual gobierno un mejor aprovechamiento de los recursos públicos. Es un tema que, siendo central, queda en segundo plano o estigmatizado como recorte presupuestal, cuando en realidad se trata de un orden de prioridades. Es claro que López Obrador mantiene la determinación de servir a los pobres o a los que menos tienen. La diferencia es que ahora cuenta con la información del Estado para disponerla a favor de las mayorías. Si de atajar la corrupción se trata, entonces trabaja para purgar los ductos del enriquecimiento ilícito. Es el caso del robo de combustible. Una diligencia que tiene aspectada como una de sus consecuencias fortalecer ambiciosos programas sociales.


Otra política es la llamada austeridad republicana. Asignaciones presupuestales para, de nuevo, impulsar con recursos los programas sociales. Esta austeridad ha caído como un balde de agua fría en los medios de comunicación que han visto disminuidos sus ingresos por la reducción de la publicidad gubernamental. Un manantial en el que había para todos, grandes medios, revistas y portalitos.

La austeridad también pega a los intermediarios de los programas sociales y agropecuarios ¿Algún día sabremos cuánto dinero le inyecto Enrique Peña Nieto a la organización Antorcha Campesina y cuál fue el beneficio efectivo para los agremiados de esa organización?

La política de austeridad también alcanza a las asociaciones civiles, organizaciones no gubernamentales, también llamadas organizaciones de la sociedad civil. Los aludidos han respingado. Hasta ahora, el ciudadano de a pie como uno, no tiene una estimación cierta de las asignaciones presupuestales que en el pasado se dispusieron para estas organizaciones. Un caso, que no forzosamente es base de una generalización, es el de la Academia Mexicana de Ciencias y su inconformidad por el retiro de apoyos a esta organización. Según información publicada en La Jornada (09-02-2019) a esta asociación con 2 799 miembros no se le proporcionarán recursos del Conacyt. En años anteriores se le asignaban 50 millones de pesos anuales y eran destinados preferentemente a programas de divulgación. Divulgación que bien podría ser proporcionada por la respectiva casa de estudios de los académicos. La Academia de Ciencias está formada por investigadores que, en lo individual, tienen ingresos estimados de 49 mil pesos mensuales (La Jornada 29-07-2018) según un promedio reportado por el investigador de El Colegio de México Manuel Gil Antón en 2018. Se trata pues, de una asociación con capacidad para sostenerse con la aportación de sus agremiados y que, a la vez, redunda actividades de universidades o de centros de estudio e investigación.


Lo remarcable no es el retiro de un subsidio sino la reprogramación del recurso para fortalecer los programas sociales. Recordemos que el presidente no ha desistido de su consigna: Primero los pobres.

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