lunes, 31 de agosto de 2015

Para qué

Eso de los cambios en el gabinete del presidente en turno siempre deriva en especulación sucesoria. Saber quién es el bueno. Como si anticipar una decisión tuviera como resultado preparar al mejor para gobernar. Se olvida que eso no ha sido así, además en las últimas tres sucesiones han llegado dos exgobernadores y un desempleado a la presidencia de la república. Consecuencia del juego electoral más abierto ha sido abrir el abanico de posibilidades, pero en columnas y artículos se habla de ajedrez, de baraja y hasta de dominó. Se trata, afirman, de una jugada política. En la penumbra quedan los alcances de una decisión que también es administrativa, la cual carece de medida clara pues la gestión pública queda opacada ante la variedad de cábalas sucesorias esgrimidas en la prensa, haciendo tabla rasa del “avance” democrático, ensayando una nostalgia de aquellos tiempos del dedazo.

El mensaje presidencial del 27 de agosto recién incluyó: “Es hora…de dar una renovado impulso a la gestión pública para acelerar las acciones en favor de las familias mexicanas”. Pero no dice cómo los que hicieron enroque o fueron ascendidos dentro del gabinete, a fin de cuentas los mismo que ya estaban al servicio de la actual administración (Con excepción del gobernador con licencia de Querétaro) van hacer funcionar mejor la función pública. De eso se trata no, como propósito de mitad de sexenio.

Es sabido que la ley mandata a las dependencias federales a coordinarse. Salvo el Plan DNIII coordinado por la defensa nacional, en los hechos la coordinación es escaza, su falta no es punible, su realización de baja calidad. Pero ahora se tiene la oportunidad de hacer un milagro de coordinación en tres dependencias que estrenan responsable de despacho y están unidas por su relación con la tierra: por las formas de tenencia, por la producción agropecuaria y por el propósito de sustentabilidad. Sedatu, Sagarpa y Semarnat. Su unidad en lo territorial ha quedado desvirtuada por los enfoques sectoriales y la agenda política de los funcionarios responsables ¿Se podrá romper la inercia? Por ejemplo, se podría generar una estructura programática más sólida para, con efectividad, coronar los esfuerzos gubernamentales en reducir el hambre de millones en condición de pobreza alimentaria. Tarea encomendada a Sedesol, hasta ahora sin el acompañamiento puntual de otras dependencias. Si la duplicación de acciones gubernamentales se da bajo distintos programas sucede porque hay una evidente descoordinación.

También hay factores que obstaculizan el trabajo de las dependencias en el campo, uno de ellos el crimen organizado. Luego entonces, el nuevo comisionado nacional en materia de seguridad tienen incidencia al procurar seguridad en las actividades agropecuarias y rurales ¿Cuántos servidores públicos han sido asaltados, extorsionados o impedidos de realizar su trabajo?


Lo que la gente quiere de todo gobierno es que funcione y haga cada vez mejor su trabajo. Ya es tiempo que el gobierno, autoproclamado transformador, muestre capacidad para generar coordinación entre las dependencias que componen su administración, antes que descomponerlas por la carrera presidencial.

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