No se trata de un evento artístico o pasional, una experiencia extrema o prohibida. Es el Presupuesto que se elabora con recursos públicos extraídos fundamentalmente de nuestros impuestos. Es obvio que no se trata de la pregunta de una casa encuestadora que consulta la opinión ciudadana sobre el Presupuesto de Egresos de la Federación 2011. Creo que los investigadores de opinión no se han metido al tema. La verdad es que sobre el Presupuesto hay intereses que lo capturan y la vertiente ciudadana es más bien marginal, irrelevante. El cómo se distribuye es materia de regateo entre dependencias del Ejecutivo, gobiernos de los estados y municipales, en colusión con algunos poderes fácticos. Para la mayoría, el presupuesto de la federación es como contar dinero en casa de los pobres.
Lo lamentable es que el Presupuesto tal vez no reporte un efecto admirable en el alza del crecimiento económico más allá de la estimación conservadora que ya aprobaron los diputados, tampoco mejoras en la educación, la autosuficiencia alimentaria o abatimiento de la pobreza. El Presupuesto lo hace la clase política para sí misma y para los dueños del gran capital, después, que venga el diluvio. El presupuesto debería ser la herramienta que cohesiona a los integrantes del Estado, recursos para atenuar desigualdades sociales, pero no lo está siendo pues hay elementos que disuelven esa cohesión: el mercado y la potencia mundial que nos dicta que hacer.
Felipe Calderón y Ernesto Cordero se dicen satisfechos con la actuación de los legisladores. Se sentirán satisfechos porque el presupuesto responde a la militarización que ha impuesto el actual gobierno. Habrá que preguntarles a los familiares de Víctor Manuel Chan Javier y Ramón Pérez Román, jóvenes asesinados por la autoridad en Jalpa de Méndez, Tabasco, por pasar un retén sin detenerse en su camino, como desgraciadamente ha ocurrido ya en otros lugares. Los padres de estos jóvenes no hayan consuelo y si se les preguntara sobre el Presupuesto dirían que es dinero del pueblo que se utiliza para agredir al pueblo ¿Hasta cuando se detendrá la vocación sanguinaria que se oculta en la política de seguridad pública del actual gobierno?
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