La temporada veraniega de telenovelas tiene un ganador rotundo en la producción del empresario Zhenli Ye Gon. Tachas orientales ha hecho las delicias de la audiencia. Muy atrás han quedado José Osuna y Jorge Hank con El ocaso de la política. También las experimentadas Elbita y Chepina poco pudieron competir con su melodrama ¿Quién es la gata? El PRD repuso la desairada Elecciones tormentosas. Ni qué decir del debut fallido de Alternativa con Pasión grupuscular.
Así se muestra y se ve la política mexicana.
ZYG irrumpió en la escena desenfocando la agenda nacional al dejar ver un gobierno grotesco. Ahora el empresario, prófugo de la justicia mexicana, está en manos de las autoridades norteamericanas. Se les fue la liebre. La PGR se limitó a salvar los millones de dólares bajo una argucia legal. Mediante edicto, concluyó que no tenían dueño esas carretadas de dólares y en consecuencia se los apropió el gobierno. No ha explicado la PGR en qué afecta ese procedimiento a la investigación en curso sobre la procedencia de esos dineros y en una de esas hasta ZYG sale beneficiado, pues el cuerpo del delito se ha desvanecido, el dinero incautado se desestimó como prueba.
Termina julio y el gobierno de Felipe Calderón tiene un mes para llegar presentable a su primer informe de gobierno. No dejar dudas de que se tienen las capacidades para gobernar, sin dejar de observar que no es cuestión del personaje y quienes le acompañan (el verbo ayudar no viene al caso) Hay una falla de origen en el régimen de gobierno dividido que no es de su paternidad exclusiva. En su momento, la reforma política de 1996 acordada por todos los partidos y que dio origen al gobierno dividido, sirvió de flotador a la gestión de Ernesto Zedillo. Eso fue ayer y el hoy exige instituciones donde el pluralismo no sea el pretexto a modo para que el gobernante justifique la falta de resultados.
Tampoco se ha dado una feliz modificación en la jerarquía de valores del Estado: el nacionalismo por debajo de la globalidad se ha realizado sin fortalecer al Estado nacional. La competitividad por encima de la justicia social no ha sido aprovechada por el empresariado, salvo por las grandes compañías y la delincuencia organizada. El laicismo se mantiene pese a los embates de la iglesia, en realidad la sociedad está suficientemente secularizada como para sostener el laicismo.
Dos son los consensos básicos que tiene sacar el gobierno para acreditar su gestión. Lo demás, como diría el clásico, son cacahuates.
Uno es la reforma fiscal. Felipe Calderón ha tenido un hueso duro de roer y ya dio luz verde para revisar su propuesta. La chamba es una reforma por consenso, aunque no sea la mejor. A Felipe Calderón le urge la vía rápida para ajustar su propuesta de ingresos y egresos del 2008. Celeridad mata perfección.
En el otro consenso el gobierno ha sido omiso. Se trata de la reforma del Estado y el gobierno se ha mantenido al margen, lo que se conoce son las propuestas de su partido, tendientes a fortalecer las capacidades de la institución presidencial. La presencia y actuación del gabinete político tiene que contribuir para que esos trabajos no se limiten a una reforma electoral más, sino de crear un nuevo orden de intercambio entre los Poderes por encima de las ambiciones de las fuerzas políticas y los intereses de los factores reales de poder.
Que no se distraiga el titular del Ejecutivo. De la nueva versión del Pemexgate blanquiazul y de las huelgas en explotaciones de Industrial Minera, de esos y otros asuntos se encarguen los responsables de despacho. Que hagan su trabajo en sus oficinas, no en los medios.
Así se muestra y se ve la política mexicana.
ZYG irrumpió en la escena desenfocando la agenda nacional al dejar ver un gobierno grotesco. Ahora el empresario, prófugo de la justicia mexicana, está en manos de las autoridades norteamericanas. Se les fue la liebre. La PGR se limitó a salvar los millones de dólares bajo una argucia legal. Mediante edicto, concluyó que no tenían dueño esas carretadas de dólares y en consecuencia se los apropió el gobierno. No ha explicado la PGR en qué afecta ese procedimiento a la investigación en curso sobre la procedencia de esos dineros y en una de esas hasta ZYG sale beneficiado, pues el cuerpo del delito se ha desvanecido, el dinero incautado se desestimó como prueba.
Termina julio y el gobierno de Felipe Calderón tiene un mes para llegar presentable a su primer informe de gobierno. No dejar dudas de que se tienen las capacidades para gobernar, sin dejar de observar que no es cuestión del personaje y quienes le acompañan (el verbo ayudar no viene al caso) Hay una falla de origen en el régimen de gobierno dividido que no es de su paternidad exclusiva. En su momento, la reforma política de 1996 acordada por todos los partidos y que dio origen al gobierno dividido, sirvió de flotador a la gestión de Ernesto Zedillo. Eso fue ayer y el hoy exige instituciones donde el pluralismo no sea el pretexto a modo para que el gobernante justifique la falta de resultados.
Tampoco se ha dado una feliz modificación en la jerarquía de valores del Estado: el nacionalismo por debajo de la globalidad se ha realizado sin fortalecer al Estado nacional. La competitividad por encima de la justicia social no ha sido aprovechada por el empresariado, salvo por las grandes compañías y la delincuencia organizada. El laicismo se mantiene pese a los embates de la iglesia, en realidad la sociedad está suficientemente secularizada como para sostener el laicismo.
Dos son los consensos básicos que tiene sacar el gobierno para acreditar su gestión. Lo demás, como diría el clásico, son cacahuates.
Uno es la reforma fiscal. Felipe Calderón ha tenido un hueso duro de roer y ya dio luz verde para revisar su propuesta. La chamba es una reforma por consenso, aunque no sea la mejor. A Felipe Calderón le urge la vía rápida para ajustar su propuesta de ingresos y egresos del 2008. Celeridad mata perfección.
En el otro consenso el gobierno ha sido omiso. Se trata de la reforma del Estado y el gobierno se ha mantenido al margen, lo que se conoce son las propuestas de su partido, tendientes a fortalecer las capacidades de la institución presidencial. La presencia y actuación del gabinete político tiene que contribuir para que esos trabajos no se limiten a una reforma electoral más, sino de crear un nuevo orden de intercambio entre los Poderes por encima de las ambiciones de las fuerzas políticas y los intereses de los factores reales de poder.
Que no se distraiga el titular del Ejecutivo. De la nueva versión del Pemexgate blanquiazul y de las huelgas en explotaciones de Industrial Minera, de esos y otros asuntos se encarguen los responsables de despacho. Que hagan su trabajo en sus oficinas, no en los medios.
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